Líbrate del maskné con esta rutina

Que si la contaminación, los poros obstruidos, el exceso de sebo, esa espinilla traicionera cuando te va a bajar la regla... Ya tenías que estar pendiente de tu piel para evitar el acné, pero ahora hay un nuevo miembro en el club de los factores que pueden causar granitos.

Te habrás dado cuenta que, desde que empezó la crisis sanitaria, a tu rostro no le está sentando nada bien lo de llevar una parte cubierta por la mascarilla (aunque también es verdad que nunca habías gastado menos en pintalabios).

Es más, seguro que has notado que la tienes cambiada hasta el punto de que han vuelto a hacer acto de presencia los granitos -y con brotes tan regulares que parece que estés viviendo una segunda adolescencia, solo que sin la parte de tener un flechazo por la boy band de turno-.

Aunque todas estamos más que familiarizadas con el acné, ya que es una patología de la piel muy conocida, ahora ha vuelto a nuestras vidas ¡siendo adultas! Pero, ¿por qué la mascarilla hace que se nos ponga peor la piel hasta el punto de revolucionarse como si las hormonas estuvieran montando una fiesta? 

La razón es el microclima que se forma dentro de la mascarilla, de ahí que los expertos hayan bautizado este nuevo tipo de erupciones como maskné (la mezcla entre mascarilla y acné).

Conoce tu microbiota

Para que entiendas mejor cómo afecta el hecho de que respires, hables, tosas, cantes la nueva canción de Rosalía o incluso estornudes por debajo de la mascarilla, tenemos que hablarte de tu microbiota. Es el conjunto de bacterias ‘buenas’ (tranquila, viven en simbiosis contigo, no hace falta que vayas corriendo al baño a lavarte la cara) que tenemos en la superficie de la piel.

Al hacer todas esas cosas con la mascarilla puesta convertimos la zona que va desde la nariz hasta la barbilla en un ambiente más húmedo. Como afirma Monica, nuestra CEO, "la temperatura aumenta, la piel sigue transpirando y parece que hay un aumento de pH".

Ella misma nos ha confirmado que ese microclima se convierte en el caldo de cultivo perfecto para que las bacterias, hongos o ácaros que tenemos en la piel se multipliquen y den lugar a enfermedades. ¿Quieres algunos ejemplos? Pues dermatitis seborreica o rosácea son dos patologías que han aumentado desde que la mascarilla es un imprescindible del día a día.

Es por eso que tú, que últimamente no habías tenido más problemas con el acné que algún granito suelto, estás notando ahora cómo cambia tu piel hasta el punto de que no la reconoces. No solo tu biota es otra con la concentración de calor, el material de las mascarillas que usas o incluso la talla son otros factores que también afectan.

Además de que cuando llegas a casa tienes toda esa parte sudada -especialmente cuando suben un poco las temperaturas-, el roce de la mascarilla hace que aumente la secreción sebácea. Es algo que naturalmente realiza nuestra piel, pero si hay exceso de sebo es cuando aparecen inflamaciones (lo que se conoce como maskné mecánico).

Entonces, ¿cuáles son las mascarillas que deberíamos utilizar? Le hemos preguntado a Monica y recomienda las que dejen transpirar de mejor manera, ya que son las que producen menos efectos secundarios -lo de que sea un modelo bonito ya depende de ti-.

También escoger la talla que corresponde es importante para evitar que se den esos roces que te comentamos. ¿Te queda inmensa? A lo mejor es el momento de que dejes de enroscar las asas y empieces a usarlas más pequeñas.

El maquillaje, ¿aliado o enemigo?

Pues si tenemos en cuenta que con ese lápiz de ojos tan fino podemos trazar un foxy eye al estilo de Bella Hadid, diríamos que aliado. Pero si tienes maskné, puede que no sea buena idea ir mucho más allá y usar bases de maquillaje oleosas. Lo mejor que puedes hacer por tu piel es utilizar productos oil free.

Principalmente porque la microbiota se alimenta de ácidos grasos. Entonces si, como te decíamos, por el roce aumenta la secreción y encima el maquillaje añade más grasa a la mezcla, es como invitar al maskné a un buffet libre.

O bien escogiendo cosméticos que no empeoren las cosas o directamente dejando el maquillaje de lado unos días, lo más importante es que dos veces al día te la limpies correctamente. Aunque puedes elegir el momento que prefieras, te aconsejamos que lo dejes para antes de ir a dormir y justo después de despertarte. Y, por supuesto, nada de reciclar mascarilla (que nos conocemos). Cámbiala a diario por una limpia.

Es importante también que la zona esté hidratada (operación 'recuperar la función barrera de tu piel' ON) y que completes la rutina de cuidados con una exfoliación semanal, ya que consigue acelerar el proceso de renovación celular.

La rutina antimaskné

No todo está perdido y te vamos a convencer de que es posible que recuperes el estado de tu piel de antes de la pandemia.

Si no tienes una, este es el momento de que te hagas con el mejor producto de limpieza facial. Lo que te encantará de la nuestra es que arrastra todas las partículas de suciedad (despídete de ese exceso de grasa, partículas de contaminación o restos de maquillaje). Deja la piel limpia pero sin sensación de tirantez, que eso suele pasar muchas veces que terminas de maquillarte y te sientes la cara como reseca. Con este producto tendrás el cutis a punto e hidratado y un aspecto descansado, como si hubieras dormido 8 horas. Úsala por la mañana nada más despertarte y por la noche, antes de ir a la cama.

Aunque te hemos repetido que este sérum es perfecto para combatir los daños sobre la piel de la luz azul de las pantallas (razón por la que deberías dejártelo siempre cerca del ordenador del trabajo), lo cierto es que no es la única de sus ventajas. Al contener niacinamida, estamos utilizando un activo que se encarga de rebajar la inflamación y elimina las rojeces del maskné. Aplica tres o cuatro gotas del sérum sobre la piel limpia del rostro por la mañana y por la noche. ¡Un resultado 'efecto Wow'!

Glicolmix contiene ácido glicólico, un exfoliante que elimina las células muertas de la piel y ayudará a que te libres de descamaciones o granitos. Empieza a usarlo una vez por semana (siempre por la noche antes de ir a dormir) y según veas que tu piel lo tolera, utilízalo de manera alterna. No te olvides de que al día siguiente tienes que aplicar crema solar con alto factor de protección ☀️.