abril 08 2022 – Yvonne Briones
En las últimas décadas, los investigadores han dirigido su interés hacia microalgas como la espirulina para la preparación de productos naturales saludables tanto en alimentación como en cosmética. La "spirulina" es una de las especies más prometedoras, debido a su valioso contenido de fitoactivos y su cadena de producción más ecológica y sostenible. La espirulina es una microalga de tipo cianobacteria, que se ha cultivado durante siglos, en África y en Chad.
El alga Spirulina máxima se considera altamente sostenible debido a múltiples factores: Se cultiva fácilmente en "biorreactores" bajo luz solar con ahorro considerable en agua, suelo y sin necesidad de pesticidas o herbicidas. El proceso de producción asegura un alto ahorro económico ya que se utiliza la microalga al completo, a diferencia de otros cultivos de frutas y hortalizas donde sólo se aprovechan raíces, tallos u hojas. Además, ayuda a ahorrar energía, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y el medio ambiente en general.
Esta alga crece en aguas a diferentes temperaturas y sufre una radiación UV extrema. Sintetiza, entre otros, dos ingredientes principalmente para defenderse y sobrevivir a estos factores externos tan poco favorables.
Gracias a la biotecnología azul podemos seleccionar o aislar estos activos tan beneficiosos para dar con nuevas materias primas más efectivas y completamente naturales, que podemos considerar como filtros biológicos.
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