marzo 30 2022 – Yvonne Briones
Cuidado de la piel en primavera
Conservar la misma rutina de cuidado de la piel durante todas las temporadas es como pretender pasar los 12 meses del año con sólo un guardarropa de verano. Los ajustes son imprescindibles para que la piel conserve su equilibrio, sin importar los imprevistos cambios ambientales. La primavera es una temporada bien interesante, porque es un momento de transición y tus cuidados deberían estar orientados a acompañar a tu piel en este proceso.
La piel en primavera
La piel es el órgano que está en la parte más superficial del cuerpo humano, por lo que funciona como barrera protectora de los tejidos internos, aislándolos del exterior; además regula la temperatura, elimina toxinas y responde a ciertos estímulos.
Algunas de las características dérmicas cambian según factores medioambientales externos, como la temperatura, luz ultravioleta y la humedad. Algo tan simple como una alteración de los niveles de humedad ambiental a un 10% reduce la cantidad de agua en el estrato córneo de la piel, lo que produce arrugas finas casi de inmediato, como lo demuestra un estudio realizado en el Shiseido Research Center de Japón.
Esta investigación asevera que en los niveles de hidratación durante la primavera son un poco más altos que en invierno. Esto ocurre porque después del invierno hay una mayor cantidad de humedad en el aire, lo que sumado al aumento de la producción de sebo y sudoración por las temperaturas un poco más cálidas, mejora la hidratación en la capa córnea de la piel respecto al invierno. Por otra parte, se cree que hay un proceso compensatorio en la piel, que para adaptarse a la sequedad invernal, comienza a limitar a pérdida de agua.
Pero no todo es color de rosa, al menos no para las pieles más blancas; pues el estudio también ha demostrado que la primavera es la época en que la piel recibe un daño muy importante por la acción de los rayos UV, que son capaces de romper las fibras de colágeno y elastina y causan pérdida de firmeza y elasticidad.
Todo lo que tu piel necesita en primavera
La mayoría de las investigaciones se han concentrado en estudiar los cambios en la piel durante el verano y el invierno; pero son pocos e inconsistentes aquellos que han abordado los periodos de primavera y otoño, pues son momentos de transición en los que hay que abordar las particularidades específicas en cada región. Por esto es que encuentras consejos tan variados y contradictorios cuando se trata de rutinas de cuidado de la piel en primavera.
Debes tener en cuenta que con los cambios del exterior nuestra piel también cambia de necesidades. No hace falta transformar toda la rutina de cuidado facial cada temporada, con cambiar algunos productos será suficiente. Recuerda tener siempre en cuenta el tipo de piel y si tienes alguna condición en los que quieras enfocarte (acné, melasma, rosácea, entre otras). Dicho esto, puedes aplicar algunos de estos consejos:
1. Enfócate en hidratar
Esto es particularmente necesario para pieles secas. El invierno y su ambiente seco suele despojarte de ese brillo natural, así que puedes comenzar con mascarillas hidratantes y productos como el Sérum Vital C, que no sólo aporta luminosidad e hidratación, sino que gracias a su acción antioxidante te protegerá de la acción de los radicales libres producidos por la radiación solar. Un truco rápido: puedes adquirir mascarillas de papel comprimidas y usarlas con tu sérum preferido para un tratamiento profundo.
2. Elimina las células muertas
Si después del invierno tu piel luce apagada y sin vida, necesitas exfoliarla para traer esa capa de piel fresca al exterior, lo que además mejorará la absorción de tus productos favoritos. Nosotros te recomendamos nuestro peeling químico más eficaz, el Sérum Glicomix. Formulado con un 20% de AHA’s, será capaz de renovar tu piel, eliminando células muertas e impurezas. Si tu piel es demasiado sensible, utilízalo con precaución y en progresión.
3. Actualiza la textura de tu hidratante
En invierno la piel requiere ayuda para conservar su hidratación, por lo que usamos hidratantes con ingredientes más oclusivos. Esto ya no es tan necesario en primavera, cuando sube la temperatura y los niveles de humedad.
Si tu piel es grasa o con tendencia acnéica, es recomendable hacer la transición a un hidratante más suave y ligero, sobre todo si vas a realizar actividades al aire libre. A tu piel le encantarán la textura de los sérums que se absorben muy rápidamente y no dejan residuo como el sérum DMAE LIFT10.
Mientras que las pieles más sensibles o secas necesitarán un producto que les ayude a conservar el agua transepidérmica, como la crema Skin Factor.
4. Aférrate al protector solar
En este momento del año, las pieles más blancas son más susceptibles a sufrir de los daños producidos por la radiación solar, así que el protector y cremas solares deben ser prioridad en todas las rutinas de cuidado de la piel. Algunas personas suelen olvidar la protección solar durante el invierno, pero la primavera no admite excusas. Estarás más en el exterior, disfrutando el clima y el paisaje, no vale la pena el riesgo, así que usa protector solar y reaplica cada 2 o 3 horas.
5. Calma tu piel
El invierno suele ser muy duro para quienes padecen de rosácea o tienen una piel muy sensible, pues las bajas temperaturas exacerban los síntomas. Las personas que vienen del invierno y desean calmar las rojeces de su piel, es imprescindible utilizar productos con ingredientes anti- inflamatorios, protectores y que restauren el equilibrio. Uno de mis favoritos es la niacinamida, presente en el Sérum Blue Balance; que además ofrece una hidratación profunda y restaura las defensas naturales de la piel.
Recuerda: no se trata de usar más productos, sino de usar los más eficientes. Una rutina sencilla puede ser suficiente si responde a las necesidades únicas de tu piel; así que puedes complementarla con uno o dos productos que cumplan las funciones que necesitas.
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