noviembre 01 2022 – Yvonne Briones
La piel aísla, protege y termo-regula, así que no es extraño pensar que con cada estación la piel tiende a reaccionar diferente, cambiando sus requerimientos para mantener la homeostasis, es decir el equilibrio ideal entre el interior y el exterior. Algunos estudios han probado a relación entre el cambio estacional y algunas características de la piel, por lo que vale la pena hacer los ajustes necesarios para que la temporada más fría no cause estragos en tu complexión.
Cómo actúa la piel en invierno
Si bien la piel es un órgano adaptativo, capaz de regularse frente a las inclemencias climáticas, es innegable que en lo que se refiere a hidratación siempre se necesita un pequeño booster, que complemente y potencie su función. El aire helado y seco del exterior es capaz de despojar la piel de su hidratación, a través de la exacerbación de un proceso conocido como pérdida de agua transepidérmica que se presenta cuando la función barrera de la piel se altera.
El aire seco invernal e incluso el ambiente seco producido por la calefacción, son suficientes para debilitar la función barrera y permitir que la evaporación de agua sea exagerada. Esto se manifiesta con piel seca, que se descama. También puede sentir prurito, irritación, enrojecimiento; además las arrugas se profundizan y la piel luce apagada y sin brillo. La buena noticia es que todo esto se puede revertir e incluso evitar, si apenas comienza la temporada haces los ajustes adecuados a tu rutina de cuidado facial.
Consejos para cuidar la piel en invierno
Cuidar la piel en invierno no significa tirar todos productos que has venido usando y cambiarlos por otros totalmente diferentes, esto de hecho puede causar reacciones negativas. En este caso sólo hay que incorporar algunos activos e ingredientes que protejan, redensifiquen e hidraten la piel afectada por la falta de humedad. Recuerda; no se trata de usar más cosas, sino de usar las más eficientes.
- Invierte en un humidificador
Uno de los inconvenientes del invierno es el ambiente seco y frío. Si bien la calefacción puede encargarse de la temperatura, también le resta humedad al aire. La solución es simple: un humidificador que sea capaz de mantener el nivel de humedad entre 40 a 60%. Esto protegerá tu piel y contribuirá a mantener su equilibrio.
- Evita las duchas largas y calientes
Por las bajas temperaturas nos sentimos tentados a ducharnos con el agua tan caliente como podamos, pero esto es contraproducente, pues el agua caliente elimina los aceites naturales de la piel, secándola y haciéndola más susceptible ante el frío. Mejor ducharse con agua tibia y humectar la piel de todo el cuerpo con la crema de tu preferencia antes de que te seques por completo. Esto contribuirá a sellar la humedad.
- Usa ácido hialurónico
Para prevenir que la piel de tu rostro se seque, escame y se profundicen las líneas de expresión por la falta de hidratación, considera agregar productos con ácido hialurónico en tu rutina. Un sérum o crema ricos en este activo contribuirán a que la piel se sienta llena, humectada y jugosa, pues es capaz de retener 100 veces su peso en agua. Además, es ideal para todo tipo de piel, aún para las más sensibles.
- No olvides tu SPF
Es cierto que en invierno no sientes el sol tan directamente, pero aún cuando los niveles de los rayos UVB sean más bajos, los niveles de UVA (los responsables directos del fotoenvejecimiento) siguen presentes. Puedes usar un protector solar con un SPF de 30, pero no lo abandones.
- Aprovecha las noches
La hora de dormir es perfecta para usar los productos más ricos e hidratantes. Puedes usar capas de diferentes sérums y activos, para luego finalizar con una crema más densa. El hecho de que puedas permanecer varias horas con todos los productos en tu piel hará que aproveches aún más sus beneficios. Nuestros sérums son bastante hidratantes (todos contienen algún activo hidratante como el ácido hialurónico, el pantenol o los glicanos), así que despertarás sintiéndote renovada.
- Prueba ingredientes oclusivos
Los ingredientes emolientes son capaces de suavizar y reparar la barrera de la piel, pero muchas veces estos activos emolientes e hidratantes no son suficientes en invierno, porque el ambiente seco literalmente te “roba” la humedad de la piel. En este punto lo ideal es agregar productos con activos oclusivos, que son aquellos que contribuyen a sellar esa humedad y no permite que escape. Un ejemplo de ingredientes oclusivos son los aceites, pero algunos pueden ser comedogénicos (y podrían obstruir los poros de tu piel), así que lo ideal es usar un producto que contenga sólo aceites seguros para ser usados en tu piel, como el sérum o la crema Cellular Plus, que contiene aceites de argán, jojoba, almendras y rosa mosqueta.
- Cuidado con los exfoliantes
Es normal ver la piel seca, descamada, y pensar que lo que necesitas es renovarla y para ello nada mejor que un exfoliante; pero esto es contraproducente y tiene el efecto contrario. El frío hace que la piel esté más sensible y delicada, así que exfoliar con demasiada frecuencia o de forma agresiva puede dejar la piel más expuesta y susceptible. Es mejor concentrarse en humectar y proteger.
- Cuida más la piel delicada
El frío tiene un efecto en las funciones inmunológicas de la piel, así que las condiciones como eczema, psoriasis y otras tienden a exacerbarse en invierno. Las pieles atópicas, reactivas y sensibles también pueden verse afectadas en esta temporada, por lo que es necesario redoblar las medidas de protección y usar productos formulados para proteger sin irritar.
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