abril 07 2022 – Yvonne Briones
Eso de que el orden de los factores no afecta al resultado final, solo lo podemos aplicar en las matemáticas. En nuestra rutina de belleza qué nos echamos primero es importantísimo, así que queda prohibido ponerse los productos según los vas cogiendo del armario del baño.
Y es que son los cosméticos más ligeros los que deberían ir antes de los más densos. Al absorberse tan rápidamente, podremos ir añadiendo los demás. Siguiendo ese razonamiento, el primero de ellos debe ser siempre el sérum.
Este producto no puede faltar en una buena rutina facial (ya sea de Vitamina C, Retinol...). Conocido por ser un superconcentrado de principios activos, tiene una textura muy ligera y fluida. Gracias a eso, penetra mejor en la epidermis, lo que significa que actúa de forma mucho más directa y potente. En otras palabras, es el Fórmula 1 de los cosméticos.
Aplicarlo es muy sencillo, así que solo necesitas seguir leyendo para no confundirte con los pasos. El punto de partida es tener la piel limpia. Si tu idea era la de aplicar el producto al terminar de ducharte, descártala si no te has desmaquillado previamente. Y si además has usado algún jabón limpiador, ¡mucho mejor!
A la hora de extenderlo, tenemos una ventaja añadida, no tienes que preocuparte por si echas mucho o poco. La cantidad perfecta te la da el dosificador. Con apenas unas gotas, se extiende por toda la cara (y el bote cunde mucho, que eso siempre se agradece).
Los pasos a seguir
1. Céntrate en la cantidad
Para empezar, coge el gotero y echa un par de gotas en la palma de tu mano -así evitas que se escurra entre los dedos- o directamente sobre tu rostro. ¡Ojo! Para evitar problemas de higiene, procura que el extremo no toque la piel.
2. No arrastres, presiona
Una vez aplicas el producto, empezamos con las manos enfrentadas y las yemas de los dedos en el centro de la frente, por encima de las cejas. Presionamos unos segundos y repetimos apretando de la misma forma, en dirección al exterior.
3. Los puntos clave
A continuación es el turno de poner a punto tu mirada. Debajo de los ojos coloca las yemas de los dedos y presiona. A lo largo del pómulo ve repitiendo el movimiento hasta que se absorba por completo. ¡Una mirada descansada al instante!
4. Y no te olvides de...
De la misma forma se aplica en las mejillas, debajo del pómulo. Y que no se te pase el cuello, el gran olvidado. La mejor forma de trabajar la zona es presionando con la palma de la mano desde el escote hacia atrás pasando por el mentón con un suave masaje.
Pero, ¿por qué esto de presionar para aplicarlo? El error más común que cometemos es el de echarnos productos pasando los dedos por la cara, un gesto que solo consigue arrastrar el producto lejos de las zonas en las que tiene que actuar. ¡Y así no hay forma de hacer desaparecer las arrugas! En cambio, con pequeños toquecitos nos aseguramos de que mejore la penetración.
Por último, recuerda que si usas un contorno de ojos, tienes que aplicarlo justo antes. Si en tu rutina también utilizas cremas, irían después del sérum (solo en el caso de que se quieran añadir, como por ejemplo para dar un extra de hidratación ya que se quedan en la superficie de la epidermis).
Y tú, ¿sabías cómo aplicar el sérum correctamente?
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